JAVIER PLATA: ORIENTAL POR UN PELO.

“He comenzado a usar mis propios pelos para pintar”, me soltó hace años, para envidia de la calvocracia. Así que habré de tomar este caso por los pelos, un pelo como pista a seguir.

Los paisajes, sí, digo paisajes, de Javier Plata no son paisajes occidentales por más que él y sus modelos lo sean. El paisaje en la pintura occidental fue representación descriptiva fidedigna de su apariencia. El artista oriental no acude a la naturaleza para pintar como un impresionista con su caballete, sino para vaciarse y desnudarse de imágenes mentales (vía purgativa); respirar la naturaleza y dejarse llenar en silencio para volver preñado de una luz serena (vía iluminativa); y llegado el momento, extender el gesto sobre el aire y hacerse uno con la naturaleza en el acto de pintar (vía unitiva). Sí, se me antoja cercana la mística al Taoísmo. Y es que como dijo un famoso pintor francés “Estos orientales pintan como respiran”.

Los paisajes de Javier Plata son sus paisajes interiores, cultivados en su cotidianidad frente a la playa. Terra, mare, coelum, tierra, mar y cielo, la trilogía esencial del paisaje, en un gesto contenido como su paleta, fiel a las austeridades monocromáticas de oriente. Las aguas/acuarelas de Plata se derraman en pocas exhalaciones, brochazos, pinceladas y, especialmente, pelinsadas, (pincelada con un pelo; neologismo que define esos trazos obtenidos con los cabellos que guarda). He aquí la pista inicial.

Y qué une a esa tierra, ese mar, ese cielo en forma de trazos veloces y rotundos, de manchas delicadas, diluciones acuosas y restregados lluviosos. La respuesta es la clave de la concepción china del universo, el vacío, presente en todo y articulador del todo. Va a resultar oriental.

Pero en los paisajes de Plata, hay algo que pasaría desapercibido en una primera mirada. Y ese algo es el relámpago de lo sublime, asomando en las tormentas novedosas. Hay una presencia que nos remite a ese concepto referido en el Pseudo Longino y que afirmaba que frente a la belleza amable había algo superior, la todopoderosa e imponderable fuerza de la naturaleza capaz de reducirnos a la nada. La erupción del volcán, el océano embravecido, el violento terremoto y, frente a ellos, el minúsculo ser humano paralizado por tamaña omnipotencia. Como el caminante de Friedrich, contemplamos con impotencia la grandiosidad que nunca podremos dominar y podría destruirnos, todo desde la seguridad de nuestra posición de observador.

El relámpago ha estado siempre en el vacío y en el trazo violento de Plata, pero ahora se acentúa con la venida de esos nuevos cielos tormentosos y que se relacionan con la tierra y con el mar mediante sutiles lluvias acuareladas y rayos pelinsados. Y en cada cielo hay un vacío que es relámpago y es claro de luz, como la ventana de una celda mística por la que el haz de luz cae sobre la estancia, cae e ilumina. Y todo por los pelos.

Fram Ramírez San Roque,

diciembre de 2023.                   

“El vacío es grandeza. Es como un pájaro que canta espontáneamente y se identifica con el Universo” Zhuangzi

“El hombre de corazón se encanta con las montaña; el hombre de entendimiento disfruta del agua” Lunyu de Confucio, cap. VI, 21.

Contact

For custom paintings, or any questions you can contact me here:

platamotion@gmail.com

(+34) 638-615-285